martes, 22 de noviembre de 2011

El rey de los Banksters: Goldman Sachs

Por Joaquín Ricarte Aventín

El sustituto de Trichet en el BCE es Mario Draghi, que fue vicepresidente para Europa de Goldman Sachs. Papandreu tambien estuvo en Goldman Sachs (su sucesor, Lucas Papademos, ha sido vicepresidente del BCE). ¿Y Mario Monti, el tecnócrata que ha tenido el poder para quitarle la silla a Berlusconi? Pues es consejero de Goldman para asuntos internacionales desde el 2008.
Quien dirige ahora los destinos de la política monetaria europea, Draghi, fue quien ayudó a maquillar las cuentas de Grecia haciendo desaparecer miles de millones de euros de deuda, para poder así entrar en el euro. Ahora, la operación vemos que en realidad sirve para torpedear el euro. Naturalmente la operación llevaba consigo altos costes en intereses que ahora tiene que pagar los griegos.

Lo bueno del caso es que mientras Goldman por un lado hacía esta operación, por otro lado especulaba contra la deuda griega, operativa sin escrúpulos que ha llevado a cabo en más de una ocasión, como explico más adelante. Ya es conocido que a los plutócratas de Goldman les es tan difícil resistirse a un pelotazo como a un tiburón permanecer insensible a la llamada de la sangre.

Una investigación oficial, naturalmente, absolvió al banco y es que uno de los rectores de este mundo es esta entidad, que negocia directamente con jefes de Estado, con diplomáticos y responsables internacionales para facilitar acuerdos y obtener contratos. Ya hace días que sabemos que “la especulación es un elemento importante en el buen funcionamiento de los mercados, mejorando su liquidez y su fluidez, facilitando las transacciones y asegurando una mayor transparencia de los precios”. Tanto lo repiten que algunos ya hasta se lo creen. "Especular es bueno", es el mensaje.



Goldman Sachs es el gran triunfador en la crisis. Antes de que explotara la banca de inversión norteamericana el pastel de esta forma de hacer banca se lo repartían cinco grandes entidades: Lehman Brothers, Bearn Stern, Morgan Stanley, Goldman Sachs y Merrill Lynch. Después de la crisis de setiembre de 2008, solo quedan dos. Merrill Lynch se lo tragó Bank of America, Lehman Brothers quebró y Bearn Stern fue vendido a JP Morgan Chase por cuatro chavos (que además se quedo Washington Mutual). Sin olvidar que Morgan Stanley y Goldman Sachs fueron salvados en el otoño del 2008 por la intervención del Tesoro norteamericano, a pesar de que Goldman se había desecho astutamente de su cartera inmobiliaria progresivamente desde 2006.

Por lo tanto lo que tenemos ahora en Banca de Negocios es una oligarquía bancaria (a los dos bancos norteamericanos hay que añadir los europeos Barclays, Crédit Suisse y Deutsche Bank, aunque estos dos últimos pintan cada vez menos) que operan ya en manada para defender sus intereses y conforman un nuevo orden mundial de las finanzas.

¿Por qué Lehman Brothers quebró? Sencillamente, porque el Secretario del Tesoro norteamericano (es decir, ministro de economía) en el momento que explotó la crisis era Henry Paulson, ex presidente de Goldman Sachs, quien dejó la presidencia en el año 2006 para unirse al gobierno de Bush. Lehman era el máximo competidor de Goldman, así que, como la ocasión la pintan calva, Paulson dejó quebrar a Lehman haciéndole un gran favor a su ex empresa. Le debieron pagar bien. Así la firma ha sabido sacar provecho de la quiebra de sus competidores o de la nacionalización de otros.

El problema es que finalizado el proceso de fusiones, quedan dos grandes monstruos. Si antes GS era “Too big to fail”, demasiado grande para quebrar, ahora ya es un banco holding que dispone de la red de seguridad que le proporciona el Estado. ¿Cómo actuará a partir de ahora un banco con unos precedentes de tiburón de las finanzas salvajes sabiendo que si va bien obtiene unos beneficios enormes y si va mal lo salvan con toda seguridad?

Todo esto está explicado, y mucho más, en el libro de Marc Roche, “El banco. Como Goldman Sachs dirige el mundo”, editado por Deusto. Roche es un periodista económico del diario Le Monde.

Roche nos explica a fondo la filosofía de esta banca con origen judío, menospreciada y ninguneada en sus comienzos, cuando lo de judío en EE.UU. era asimilable a lo de hispano ahora.

Y esta filosofía nace ya en la forma de seleccionar a sus colaboradores (30.000 empleados) que aspirarán a ser socios (400) y a asegurarse unos sueldos de escándalo y unos bonus de locura, que recibirán en forma de acciones que no se les permite vender mientras están en nómina, plazo que suele ser de media diez años (con el tiempo la gente se apoltrona y comete errores, hay que evitar la fosilización), al cabo de los cuales, hartos ya de dinero, se les invita a dejar la firma (algunos dada su situación privilegiada operan en fondos y siguen acumulando ganancias impresionantes, como David Tepper, fundador del fondo especulativo Appaloosa, que en el 2009 ¡en plena crisis! ganó 4.000 millones de dólares) para que entren nuevos cerebritos, con nuevas ideas.

Solo una minoría pasa a formar parte del Estado Mayor. Goldman exige dedicación monacal (la Blackbery no está nunca apagada) y puritanismo yanqui en grandes dosis. Presión en grados extremos y constante para perseguir el sueño: enriquecerse y edificar la ciudad financiera ideal, un Estado Financiero dentro del Estado. No hay descanso. Con este planteamiento no es de extrañar que predominen los machos alfa (hay un "techo de cristal" femenino). Para elegirlos correctamente (de acuerdo a sus principios) el proceso de selección es salvaje (hasta 20 o 30 entrevistas).

Para entender lo de "la presión" basta leer lo que viene a continuación. Los resultados de los colaboradores se dividen en cuartiles. Los Q1, los mejores, pueden aspirar a socios. Los Q4, los peores, se les invita a irse o se les despide cada año: el 8% inferior en el inter-ranking se van a la calle. Es una empresa "up o out", o tu carrera progresa rápidamente o te quedas en el limbo y más tarde en la calle.

GS es un banco cada vez más metido en el Trading (en el 2009 representaba el 73% del negocio), todo un contrasentido para lo que todo el mundo entiende por un banco. Una gran máquina de especular.

El libro describe ampliamente otras operaciones de auténtico pirata, como la que todos recordamos, en que a través de los derivados (hicieron previamente una campaña mediática avisando de que el precio alcanzaría 200 $/barril, cuando en realidad y ante la crisis económica que se iniciaba lo que cabía esperar era el descenso del precio) impulsaron el precio del petróleo hasta precios de escándalo en el verano del 2008, llegando el Brent a 147 $/barril. Una auténtica burbuja especulativa. Naturalmente alcanzados esos precios se cerraron las operaciones para recoger los beneficios y el precio se hundió de inmediato, llegando en diciembre a 33 $/barril, pero el negocio ya estaba hecho.

El libro está lleno de descripciones sobre casos en que Goldman actuó (y actúa) como agente doble, un águila de múltiples cabezas. Es decir, por un lado sirve a sus clientes (a los que les cobra sur servicios ¡y cómo los cobra!), es decir, fleta la nave, llena sus bodegas, contrata la tripulación, financia el viaje… y por otro lado, gracias a la información que le proporciona este servicio actúa con sus propios filibusteros quienes atacan el mismo barco, saqueándolo y hundiéndolo, es decir, compitiendo contra ellos o incluso especulando en su contra, mediante sus actividades por cuenta propia (actividad que debería estar prohibida). Las víctimas de esta operativa de auténtico tiburón han sido innumerables, desde bancos (Lloyds Banking Group, Royal Bank of Scotland, IKB) hasta gobiernos, como el griego, y grupos económicos como el energético chino Cnooc.

El autor explica ampliamente los procesos corruptos en los que participó GS, como el de la acerera Mittal o el de la salida a bolsa de Yahoo, que siguiendo el reglamento eran necesarios tres ejercicios de beneficios para poder sacarla a cotizar y con un trimestre hubo bastante. También el caso del magnate de la prensa -grupo de periódicos Mirror- Robert Maxwell (que acabó suicidándose) merece algunas páginas.

Otra de estas actividades fue la devaluación de dos fondos de Bearn Stern en abril de 2007, dos fondos que gestionaba directamente GS. Esta decisión provocó la huida de los inversores y que en agosto condujo al primer terremoto: el hundimiento de las subprime, inicio de la gran crisis. Goldman Sachs perdió 75 MM. en esta operación, pero Bearn Stern quebró. A esta operación se la conoce como Abacus (fue desvelada por el NYT en diciembre del 2009) y la SEC de EE.UU. pactó hace un año una sanción de 550 millones de dólares por el diseño fraudulento de este fondo.

Hace poco se ha sabido, también, que EE UU demandará a grandes bancos por alimentar la burbuja hipotecaria inflando los precios. GS es uno de ellos. También recientemente el gobierno de EE.UU. ha implicado a un exconsejero de Goldman Sachs en un caso de información privilegiada con el fondo Galleon. Hace pocos días un juez sentenció a Rajaratman (el gestor del fondo especulativo Galleon) a 11 años de cárcel por enriquecerse con información privilegiada y deberá pagar una multa de 10 millones de dólares.

Y las cosas parece que no van bien este ejercicio. La crisis llega hasta los más poderosos, mala señal. No es de extrañar que para mantener sus beneficios, que piensan que han de ser eternos, no duden en arrasar países. Goldman Sachs presentó pérdidas de 393 millones de dólares, la segunda pérdida trimestral desde finales de 2008, con lo que se anota su segundo periodo negativo desde que empezó a cotizar en 1999.

Hace pocos días Roubini alertaba del riesgo de una quiebra de entidades como Goldman Sachs, Barclays o Morgan Stanley.

Excelente relato descriptivo de una de las entidades que rigen nuestros destinos y que están detrás del origen de la crisis financiera que nos invade y que forman parte de la oligarquía que impide a los políticos tomar las decisiones que puedan paliar o solucionar la crisis. El problema es que siguen en activo y con apetito cada vez más voraz. No han acabado de devastar el mundo y ya nadie parece que les pueda para los pies. ¿Se acuerda la gente de las declaraciones de los políticos en el 2008 indicando las medidas que debían tomarse para que esto no pudiese ocurrir de nuevo? ¿Se ha puesto en práctica alguna de ellas? Todas yacen enterradas en la sima de las buenas intenciones.

Y para resumir nada mejor que la definición de Goldman Sachs que dio la revista Rolling Stones, referencia en materia de música y fenómenos sociales: “formidable pulpo vampiro enroscado a la humanidad, succionando implacablemente allí donde hay dinero”.

No nos ha de extrañar nada de este banco si consideramos las declaraciones que hizo, no hace mucho, su presidente, Lloyd Blankfein (ganancias salariales en el 2006 y 2007 de 54 MM. de $, cada año): "los banqueros hacen el trabajo de Dios".

Libro muy interesante para los aficionados al tema (bancarios especialmente), pero que puede leer todo el mundo sin problemas, ya que amplia nuestro conocimiento de como actúan estos monstruos financieros.





Otros libros recientes también sobre Goldman Sachs:
Sí, Goldman Sachs gobierna el mundo de William D. Cohan.
Chasing GS: How the masters of the universe melted Wall Street down... and why they'll take us to the brink again de Suzanne McGee.

Y un vídeo en que un trader nos dice de forma aparentemente honesta las verdades que todos sospechamos: esto se hunde y Goldmand Sachs dirige el mundo. Les importa un bledo que todo se hunda si con ello se gana dinero.

Faltaría saber si este trader tiene posiciones bajistas. Si las tiene, es decir, ganará dinero si la bolsa baja, es lógico que "venda crisis" y que indique que todo el mundo debe huir de la bolsa, ya que si esto ocurre se hinchará. Hay que tener mucho cuidado con este tipo de discursos, tal como advertía hace unos días con los avisos de Roubini. Puede que tengan razón, pero hay que ser muy precavido en estos momentos. Lo que es evidente es que hasta que esto toque fondo podemos empeorar mucho.

Yo lo que creo, es que cuando todo el mundo se ponga bajista, vendiendo a precios de saldo, entonces estos monstruos le darán la vuelta, se pondrán alcistas, y vuelta a empezar el ciclo, ganando de nuevo en un proceso sin fin, basado en pillar continuamente a todo el mundo con el pie cambiado.


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