viernes, 9 de abril de 2010

Wikileaks, la 'garganta profunda' de Internet

Carlos Fresneda | Nueva York

Se acabaron los secretos. En internet ya no se puede jugar al escondite. La verdad termina saliendo a la luz, sobre todo si detrás está la web Wikileaks. Esta página web se ha convertido en la 'garganta profunda' del ciberespacio. Un lugar donde poder dejar documentos o testimonios comprometedores sin desvelar la identidad. El último caso ha puesto en jaque al mismísimo Pentágono con la difusión de un vídeo en el que se ve cómo el ejército de EEUU mata a un fotógrafo de Reuters. Un documento, una revelación que puede cambiar las reglas de juego del periodismo.

Meses antes de la difusión del espeluznante vídeo de la matanza del fotógrafo de Reuters Namir Noor-Eldeen y otros once civiles en Bagdad, el Pentágono ya tenía en su 'mirilla' a Wikileaks. Más de cuatro millones de internautas han podido contemplar por primera vez un vídeo secreto del Pentágono, decodificado con la misma tecnología que usan los servicios de inteligencia y difundido como nunca antes con la ayuda de YouTube, Facebook, Twitter y las redes sociales.

En el vídeo puede contemplarse la masacre desde el helicóptero Apache, aderezada por los comentarios despectivos de los soldados -"¡Mira a esos muertos bastardos!"- mientras acribillan sin escrúpulos a un grupo de hombres que camina en plena calle y a una furgoneta donde viajan dos niños y que intenta socorrer a los heridos.

Los soldados se mofan también del conductor y empleado de Reuters Saeed Chmagh mientras agoniza e intenta gatear en el suelo. "Todo lo que tienes que hacer es coger un arma", le increpan desde el cielo, buscando una excusa para volver a disparar. "Me parece que acaba de aplastar un cuerpo", se mofan después, entre risas, cuando un tanque acude al lugar de los hechos y pasa por encima de una de las víctimas...
"Wikileaks.org representa una amenaza potencial contra el ejército de Estados Unidos", concluía el Pentágono meses antes de la difusión del vídeo que ha puesto definitivamente en el mapa al nuevo David de la información, tres años librando un peculiar pulso contra los gobiernos y las corporaciones.

"Lo que estamos haciendo no es ni más ni menos que lo que hacen las agencias de espionaje: periodismo de investigación de alta tecnología", replica en declaraciones al 'New York Times' el periodista australiano Julian Assange, fundador de la organización sin ánimo de lucro. "Ya iba siendo hora de que los medios se pusieran al día".

Durante dos años, aferrándose a la Ley de Libertad de Información, la agencia Reuters intentó inútilmente tener acceso a ese vídeo y a la investigación interna sobre la matanza ocurrida en el 2007. Wikileaks no ha revelado la procedencia del vídeo, aunque en su declaración de intenciones da la generosa bienvenida a todo tipo de filtraciones e informes 'clasificados', reservándose el derecho a su verificación y difusión, y por supuesto garantizando el anonimato de las fuentes.

Assange ha revelado, eso sí, que fue posible decodificar el vídeo gracias a la ayuda de "instituciones de investigación", aunque no reveló cuáles. Con el apoyo de una televisión islandesa, la ONG costeó el viaje a Bagdad de dos enviados especiales, por un total de 50.000 dólares. Hasta la fecha, gracias sobre todo a las aportaciones de asociaciones de periodistas, grupos de comunicación y organizaciones de defensa de derechos humanos, Wikileaks asegura haber recaudado 370.000 dólares para seguir funcionando.

Su objetivo es llegar este año a los 600.000 dólares, con aportaciones individuales y gracias al tirón que ha supuesto el ya famoso vídeo, versión realísima y cruel de 'En tierra hostil', divulgado en dos versiones de 38 y 17 minutos.

El Comité para la Protección de los Periodistas ha urgido al Pentágono a que reabra la investigación del incidente, ante la evidencia de que los soldados no respondieron a fuego hostil y que el fotógrafo Namir Noor-Eldeen no portaba más que su cámara. El capitán Jakc Hazlik, portavoz del Comando Central, se limitó a informar de que el Pentágono no ha sido capaz de encontrar una copia del vídeo en sus archivos para verificar su autenticidad.

Las familias de Namir Noor-Eldeen y de su ayudante Saeed Chmagh se han sentido vindicados al cabo de tres años: "Por fin ha sido revelada la verdad. Si un incidente similar ocurriera en América, incluso si mataran a un animal de esta forma, ¿qué haría la gente?".

WikiLeaks asegura ahora que tiene en sus manos un vídeo aún más detonante: el de un ataque aéreo contra la población civil en Afganistán que causó 97 muertos el año pasado.

El Mundo.es




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